Cuando el contribuyente desea acogerse al beneficio de auditoría así como debe planear todos los aspectos relacionados con los impuestos, o que de una u otra forma afecten su carga tributaria.
Por ejemplo, un aspecto muy importante que se debe tener en cuenta a la hora de buscar el beneficio de auditoría, tiene que ver con el incremento del impuesto neto sobre la renta considerando los años futuros.
Esto debido a que el incremento del beneficio del impuesto neto de renta debe ser progresivo año tras año, de modo que al acogerse al beneficio de auditoría para el año en el cual se presenta la declaración de renta, se debe considerar también los años siguientes, por lo que el incremento del impuesto del impuesto neto sobre la renta debe ser suficiente para alcanzar el beneficio pero no tanto que dificulte acogerse al beneficio de auditoría en los años siguientes.
Por ejemplo si el incremento el impuesto neto sobre la renta en el 2008 es 10 veces la inflación, para poder acogerse al beneficio de auditoría en el 2009, se requerirá un incremento en el impuesto de renta considerable en el 2009 con respecto al 2008 y más considerable con respecto el 2007, lo que puede llegar a elevar la carga tributaria del contribuyente o simplemente hacer imposible lograr el beneficio de auditoría en años futuros.
Supongamos que en el 2007 el impuesto de renta fue de $10.000.000 y que en el 2008 fue de $20.000.000; para lograr el beneficio de auditoría en el 2009 muy probablemente se requerirá que el impuesto neto de renta en el 2009 sea de 24 o 25 millones de pesos; en cambio, si el impuesto neto de renta en el 2008 es de 13 millones, alcanza perfectamente el beneficio de auditoría en el 2008 y para lograrlo en el 2009 no requerirá un impuesto neto de renta de más de 17 millones de pesos. Entre más alto sea el impuesto neto de renta en un año con respecto a otro, más alto deberá ser en los años venideros para lograr el beneficio.
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